sábado, 3 de diciembre de 2011

Los aviones no pueden volar

Hoy, que podemos soñar, que mi corazón es un coche de carreras y que la cola mordió a la pescadilla, iba a ser el día menos pensado.
Hoy quiero que me malinterpretes, que no entiendas lo que digo, que no sepas donde estás, que hasta seas capaz de negar tu realidad, para que así puedas ver el rojo de la hierba, el azul de las montañas, el verde de mis ojos y el marrón de los tuyos, reflejados en el resplandor de este cielo nocturno.

Ahora que viajamos errantes, como un iceberg gigante, y que cada año que pasa soy más pequeño, ¿qué importancia tiene ir detrás o ir delante?; ahora que las verdades parecen ser mentiras, que yo pensé, soñé, creí e incluso llegué a sentir.

Hoy hay un pez persiguiendo a un pescador y si él no pica el anzuelo, lo haré yo. 


Hoy mi corazón es un coche de carreras, pero nunca llega.

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