Anoche vi tus dos ojos en la oscuridad:
negros, profundos, eléctricos, como dos demonios, que miran, observan, se clavan, arañan, que recuerdan sucios recuerdos de vidas e ilusiones compartidas.
negros, profundos, eléctricos, como dos demonios, que miran, observan, se clavan, arañan, que recuerdan sucios recuerdos de vidas e ilusiones compartidas.
Maldita memoria la mía, que yo pensaba que ya te habías ido, pero sigues aquí todavía.